FRAGMENTOS DEL PASADO

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Su mente se desliza entre notas de piano, ausente de todo lo que ocurre a su alrededor. Se centra en la caricia del viento que entra por la ventana, renunciando a todo ruido que penetra desde el exterior de su cuerpo. Solo quiere que pase el tiempo, que avance rápido y veloz mientras observa las nubes cruzar el cielo, solo quiere que nadie le diga nada y que transcurra como debe ser. Ni más ni menos.

No quiere cruzarse con otros ojos a no ser que le aporten paz, que son pocos, no quiere entablar ninguna conversación, a no ser que le den esperanza, que son aún más escasas. Se levanta de la silla y recoge sus cosas, escucha a su profesora dictar las ultimas tareas, lo memoriza, su pone la mochila y avanza en silencio tras su compañero.

Y sin más, otro día que acaba. Baja las escaleras, ignora las miradas, los chismorreos y se aventura en el último tramo de otro día en aquel lugar que le roba la felicidad y la templanza, su esperanza e ilusión por este lugar llamado Tierra.

Sale del instituto y todavía le queda otro recorrido más: el autobús. Encoge los hombros y la respiración engullida en la garganta. Deja la mochila en el maletero y se incorpora como el resto. Escucha las conversaciones de otros estudiantes, le molesta todo de ellos, aunque ya no existan razones. No tiene nada más en común que la edad y con algunos el lugar de nacimiento. Los sentimientos encontrados que se le han desarrollado con los años han cogido más fuerza y rabia de la que le gustaría, ya no puede volver atrás, simplemente no sabe perdonar aquello que no comprende, y aún ocurre, un rechazo mutuo sin precedente.

PD: Algunas veces, sin saber porque se vienen recuerdos de hace más de 10 años…

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