ESPERAR Y DESESPERARSE

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Siempre esperando. Un momento. Una persona. Un trabajo. Una amistad. Un padre. Siempre esperando. Un algo. Un quizás. Un cambio. Un camino diferente. Un empujón. Una valentía inesperada. Siempre esperando. La felicidad. La libertad. La calma. La paciencia. Una mirada. Un beso. Algo que cambie por dentro. Algo que haga vibrar. Algo que mire hacia adelante y también desde atrás. Y siempre esperando, esperando el momento en que pase algo y lo cierto es que lo que tiene que cambiar es ese chip que nos incrustan desde pequeños y que nos hace creer que nunca nada de lo que tenemos es suficiente, suficiente para llenarnos y sentir plenitud.

Siempre esperando. Un instante para volar. Un lugar en el que sentirse arropado y decir <<este es mi hogar, mi lugar>>. Esperando un salto de realidad. La libertad de arrancarme del pecho todo el dolor no cicatrizado, todo lo no dicho, todo lo no perdonado. Esperando el momento para cumplir sueños que el miedo tiene atados. Esperando todo lo que me falta por dentro: amor propio, aceptación de lo que me rodea, sonreír sin motivo para dar un paso hacia delante sin mirar hacia abajo.

Las esperas son solo eso: esperas, que sino las terminas, serán eternas y nada cambiará.

De mi libro «Océano de Pensamientos: Más allá de las palabras«

Mi libro Océano de Pensamientos: Más allá de las palabras

2 respuestas a “ESPERAR Y DESESPERARSE”

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